La
influencia del Peronismo en las nuevas corrientes políticas
Parece, pero no es
Actualmente
el panorama político nos brinda un amplio espectro de agrupaciones, y con el auge
del gobierno Kirchnerista ha resurgido de manera masiva el calificativo “Peronista”,
atribuido a diferentes movimientos populares. Sin embargo, en los variados
grupos políticos florecidos durante el gobierno de Néstor Kirchner, suelen
devaluarse los conceptos principales que hicieron del Peronismo un verdadero punto
de quiebre en la historia política argentina.
El peronismo surgió en la década del 40, en
torno a la figura del General Juan Domingo Perón, quien había participado del
Grupo de Oficiales Unidos que defendía la neutralidad argentina respecto de la
Segunda Guerra Mundial. En medio de una reconversión de la economía, promovida
por la Gran Depresión, que tuvo un fuerte efecto en la economía agroexportadora
argentina, Perón comenzó a erguirse como un símbolo de las masas populares, en
especial de los obreros.
Su popularidad causó resquemor en algunos
sectores militares, por lo que el General fue encarcelado. A partir de este
suceso, el 17 de octubre de 1945 los seguidores del general se movilizaron para
pedir la liberación de su líder, y el Peronismo tomó forma como el mayor movimiento
popular en la historia argentina, transformándose en un emblema de las masas
que luchaban por sus derechos. Esto impulsó la candidatura y el triunfo de
Perón como presidente de los argentinos, una etapa clave en la historia.
Estatización de servicios públicos, bienestar
y derechos sociales, conceptos que se relacionan ampliamente con el actual
gobierno nacional, fueron las acciones que caracterizaron a la primer etapa del
Peronismo. Una fuerte oposición de los sectores oligárquicos y la Iglesia fueron
otras de las claves que vuelven a pronunciarse hoy contra el gobierno Kirchnerista.
La figura de una emblemática mujer, esposa del General, Eva Duarte, también une
a aquel gobierno con el actual, presidido por Cristina Fernández de Kirchner,
viuda del anterior mandatario de nuestra Nación.
Sin embargo, no todo se asemeja tanto a aquel
escenario que oficia de modelo a seguir. Las agrupaciones y grandes movimientos
de masas que se despliegan hoy a lo largo y a lo ancho de nuestro territorio,
identificándose con aquel Peronismo, olvidan en ocasiones que el tiempo ha
pasado y las condiciones para su actuación son ahora diferentes. Las 20
verdades del Peronismo, enunciadas por el mismo Perón, no son completamente
aplicables, por lo que se debe adaptar ese modelo a nuevas necesidades.
La valoración del trabajo, de la democracia,
del interés popular por sobre el político, el rechazo al paternalismo y a la
soberbia política, son algunos de los preceptos que en ocasiones no son tenidos
en cuenta por quienes hoy se hacen llamar Peronistas. Estas nuevas condiciones
hacen necesaria una reflexión, y, probablemente, una modificación en las
actitudes de las masas que siguen al gobierno Kirchnerista, para lograr que el
legado que Perón dejó en el pueblo siga en pie, y que la lealtad sea completa,
con unidad, justicia y democracia, para una Argentina libre, justa y soberana.
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